viernes, 4 de septiembre de 2009

VISITA LA ISLA GORGONA!

Este es quizás el artículo que más me duele haber perdido de mi página anterior. El sitio entero se extravió por culpa de un descuido mio y del administrador del servidor, llevándose a pique toda la página. Esta vez no voy a ser tan meticuloso con la bitácora como lo fui la primera vez, pero trataré de publicar algunas líneas importantes que recuerdo.

El viaje a Gorgona es una de las excursiones que más han marcado mi vida, un fin de semana en el que me desconecté de la sociedad, sin Internet, sin celular, sin televisión y casi que sin radio. Como todo viaje planeado por colombianos se presentaron inconvenientes que supongo las empresas de turismo estarán corrigiendo, pero aparte de todo la experiencia se podría definir como ’simplemente fantástica’.

Para llegar a Gorgona se puede ir desde Cali a Buenaventura y luego continuar en barco por espacio de 10 horas, o desde Popayán hasta Guapí en avioneta y seguir una hora en lancha. Mi recorrido pasaba por Buenaventura donde me perturbó la vista de tanta miseria en un puerto por el cual transita mucha de la riqueza de Colombia. El puerto visto de noche es hermoso y la vista deja un sabor de felicidad. Algo debe tener el mar que nos llama tanto la atención.

El viaje se hizo de noche mientras dormíamos, supuestamente para nuestra comodidad, pero a pesar de estas previsiones no pude conciliar el sueño porque no cabía en el camarote. Fue una noche larga, pero la recompensa llegaría en la madrugada cuando la isla se materializó en el horizonte.

La isla y parte de su plataforma marina conforman el Parque Nacional Natural Isla Gorgona, o dicho de otra manera el ecoturismo es tan solo un valor agregado y por tanto no es de extrañar la ausencia de un muelle dónde desembarcar. Gorgona es un destino para olvidarse de las comodidades, perfecto para dejar de lado las carreras de la vida moderna e ideal para bucear en temporada de ballenas y rayas gigantes.

El nombre de la isla hace mención a la gran cantidad de serpientes que encontraron los españoles que la visitaron por primera vez, como si se tratara de la cabeza de una Gorgona.

La isla funcionó como prisión por un tiempo y aun se pueden visitar las ruinas de la antigua cárcel.

Hacia el sur, cerca del lugar donde desembarcamos, hay una playa en dónde se hace una corta jornada de careteo, pero que la verdad no se justifica porque no hay casi peces.

Después del almuerzo fuimos en lancha hasta una playa más oculta y profunda, donde la fauna marina es más abundante. Según referencias del guía en esta zona antes había mucho coral, pero los administradores del parque decidieron exponerlo al turismo para generar conciencia en los visitantes sobre el riesgo que representa el hombre para este tipo de ecosistemas. Solo quedaba uno que otro recuerdo de lo que se supone fue un gran arrecife. Me sumergí un poco más para contemplar los peces que abundaban en el lecho, y mientras hacía silencio pude escuchar por primera vez el canto de las ballenas. Para mi esa vivencia justificaba todo el viaje.

Una vez terminada esta primera jornada volvimos al barco para intentar dormir en aquella estrechés. Por normas del parque el barco debía fondear fuera del área protegida, así que pasamos la noche en Amarales. Al siguiente día el sol salió sobre el pacífico, lo cual me desconcertó un poco porque se supone que sobre el pacífico cae el sol visto desde Colombia, aunque una rápida ojeada al mapa explica el por qué de aquella confusión.

La jornada del día bordeaba las playas hacia el sur de la isla para luego cruzar entre la jungla hasta una playa de arena muy blanca, algo poco común en el pacífico colombiano. De ahí nos trasladaron al barco para hacer una travesía por el mar y poder ver las ballenas, que para mi frustración no estaba juguetonas aquella tarde.

El mar alrededor de la isla, tiene características que hacen de sus aguas especialmente agradables: temperatura, transparencia, acidez y salinidad, esto atrae a múltiples especies marinas que a su vez encuentran en Gorgona una zona de descanso, ya que se mantiene aproximadamente 6 millas alrededor de área protegida. En las inmersiones es común ver, tortugas, pargos, bravos, meros y una infinidad de fauna propia del arrecife. Cardúmenes de barracudas, atunes, y otros peces hacen de los buceos algo inolvidable. En los meses de Junio a Noviembre se disfruta de la visita de las ballenas Jorobadas.


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